¿Cómo salir de deudas? Es probable que en algún momento de nuestras vidas, la cantidad de deudas que tenemos nos impida ver de qué forma salimos de ellas.
Las mismas dificultades de pago, nos hacen tomar decisiones erróneas y seguirnos endeudándonos hasta con la familia. Nos parece que salir de ellas es muy difícil, y no lo negaremos pero tampoco es imposible, debemos cambiar algunos malos hábitos, ser disciplinados, además de trazarnos de forma sensata y seria, un plan de pagos.
Cumpliendo con estas variables, iremos eliminando todas esas deudas indeseadas que amenazan nuestra salud financiera.
Aunque no hay fórmulas mágicas, continuemos leyendo, comentaremos sobre algunos pasos importantes que nos apoyarán en el enfoque de qué debemos hacer para salid de las deudas.
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¿Cómo salir de deudas?
Cuando tenemos deudas que ya nos parecen inmanejables, nos sentimos sumamente limitados para poder alcanzar muchas de nuestras metas financieras, como por ejemplo: ahorrar para la adquisición de algún bien que aumentará nuestro patrimonio, como una casa. O quizás para garantizarnos a futuro calidad de vida, como es el ahorro para la jubilación.
Sin obviar, el estrés e intranquilidad que esta situación nos genera, nos mantenemos preocupados por nuestras finanzas de manera constante. Pero, ante está desagradable situación, debemos ver algo positivo que por fortuna nuestras deudas no son una sentencia de por vida.
Entre los pasos que comentaremos en los siguientes apartados, previamente debemos convertir nuestro objetivo de salir de las deudas, en una prioridad.
De esta manera estaremos tomando el control de nuestras finanzas y honrar dichas deudas para siempre.
Analiza el tipo de deuda que tienes
Este primer paso es muy importante, pues comprendiendo el tipo de deuda que tenemos, nos apoyará en salir de ella. Probablemente, como comentamos en párrafos anteriores, requiere que cambiemos algunos de nuestros hábitos, que seguramente nos propiciaron el incremento de las mismas.
Además que al concientizar cómo la adquirimos, nos aclarará el enfoque para crear el plan de pago; y disminuir en gran medida, la probabilidad que en un futuro volvamos a endeudarnos.
Por Préstamos
Las deudas más usuales son las originadas por préstamos, los cuales están presentes en algunas etapas de nuestra vida, ya que mediante su uso comenzamos a crear las bases para lograr metas personales. Como puede ser el financiamiento de nuestros estudios superiores, la compra de un carro nuevo, obtener una hipoteca para adquirir una casa o quizás emprender nuestro propio negocio.
Como vemos, no son compromisos que puedan considerarse malos o banales, de hecho las tasas de interés podemos manejarlas sin contratiempos. No obstante, si en algún momento se nos hace difícil cumplir con las cuotas acordadas, nos generará presión sobre nuestras finanzas. Hasta puede llegar a consumir una buena cantidad de nuestros ingresos, impidiéndonos ahorrar dinero o cubrir nuestros gastos cotidianos.
Es muy posible, que ante esta situación y con el fin de compensar la diferencia, comencemos a asumir otras deudas, en la figura de préstamos personales o con tarjetas de crédito.
Por circunstancias
Este tipo de deudas, por lo general, se van incrementando sin que tengamos herramientas para controlarlo. En muchas ocasiones provienen de una separación conyugal o divorcio, también por compromisos médicos originados por accidentes o enfermedades. O por deudas con préstamos personales o tarjetas de crédito a causa de quedar desempleados.
Las altas tasas de interés que vienen con estas deudas nos angustian sobremanera. Con frecuencia, las asumimos por obligación porque nuestras circunstancias financieras ya se encuentran bien complejas.
Mientras que intentamos saldarlas, probablemente nos ingresos merman aceleradamente, generando que adquiramos deudas mayores, lo que trae como resultando una espiral de deuda que nos sentimos atrapados.
En la mayoría de las veces, nos enteramos de la facturación pendiente por atención médica cuando ya están gestionándose por una agencia de cobranza.
Por gasto
El producto que frecuentemente se convierte en un gasto imprudente, que nos lleva a crear nuestra propia deuda, lo representan las tarjetas de crédito, que además traen intereses altos.
Así como comprometernos con una hipoteca, que rebasa nuestros ingresos; o un crédito de un auto nuevo y no podemos con las cuotas, nos generan una deuda debido a los gastos.
Nuestro excesivo gasto, aparentando vivir más allá de nuestros límites financieros, nos lleva a acumular deudas que terminamos malgastando en el pago de multas e intereses, las cuales superan el valor de lo que hemos comprado.
Esta situación es muy riesgosa, porque nos exige seguir endeudándonos, inclusive a tener que declararnos en quiebra.
Asume el control de sus gastos responsablemente
Este es un paso fundamental para agilizar y facilitar el pago de nuestra deuda; mucho más, si la misma fue originada por nuestros malos hábitos de gasto. Razones de sobra para que comencemos a mantener un control estricto de nuestras finanzas y gastos.
Es importante, que hagamos el cálculo de nuestros ingresos mensuales con nuestros gastos. Sin dejar por fuera ninguno de estos últimos, una técnica muy eficaz consiste en dividir nuestros gastos según la obligación de hacerlos y los gastos por deseos o discrecionales.
Entre los gastos por necesidad u obligatorios, nos encontramos con las cuotas por hipoteca o alquiler, el suministro de alimentos, los seguros de salud, los servicios básicos, el transporte, cuidados y manutención de los niños, entre otros.
Mientras que entre los gastos discrecionales, tenemos las comidas en restaurantes, la televisión por cable, adquisición de ropa, accesorios para la decoración, cuotas para gimnasio, entretenimiento y muchas más.
Una vez que identificamos ambos factores, ingresos y gastos, los segundos deben ser considerablemente más bajos que los ingresos, propiciando una situación beneficiosa para comenzar a pagar nuestra deuda.
Calcula cuánta deuda tienes
Como podemos ver, la sensatez con la que vamos realizando cada paso, nos permite un mejor enfoque del plan de pago. Por supuesto, que conocer el monto total de lo adeudado, es una variable imprescindible que debemos calcular.
Un buen procedimiento es listar todas nuestras deudas, tanto el monto principal como los intereses de cada una. La consulta de nuestro reporte crediticio, es una muy buena herramienta para ubicar a todas las personas a las que les debemos, además de los montos correctos y el % de la tasa de interés que nos cobran.
Incluso es posible determinar el pago mínimo exigido por cada cuenta, pues representa la cantidad más pequeña que podemos pagar por nuestra deuda mensualmente.
Calcula cuánto puedes pagar
Y aunque el mínimo mensual nos evita el estado de morosidad, no nos agiliza el salir de la deuda. Ya que pagando solo esta cantidad, nos llevaría mucho tiempo para finalmente cubrir el compromiso. Una sugerencia muy válida, es esforzarnos en pagar un poco más del pago mínimo.
Lo que ubicamos, basándonos en nuestro presupuesto mensual, restamos todos nuestros gastos de los ingresos, incluyendo tanto los gastos fijos como cualquier otro no frecuente.
Del monto restante podemos tomar la porción demás que añadiremos al pago mínimo, podemos calcular aproximadamente de cuánto dinero hacerlo, ya que desconocemos el monto del gasto sorpresivo que se nos presente.
Elabora un plan para pagar
Cuando ya hemos realizado los pasos previos, toca el turno a priorizar el pago de las deudas, una de los criterios a utilizar son los valores de la tasa de interés de cada deuda, o quizás el saldo de las mismas.
Los expertos, sugieren dos modalidades, conocidas como:
- El método de la bola de nieve, el cual consiste en comenzar a cancelar nuestras deudas desde la más baja hasta la más alta.
- Método de avalancha o apilamiento de deuda, se enfoca en pagar la deuda priorizando por tipos de interés.
Construye un fondo de emergencia
Este punto es muy efectivo, para cuando se nos presentan momentos que debemos manejar gastos inesperados, evitando que tengamos que endeudarnos nuevamente.
Requiere que en la manera que nos sea posible, simultáneamente con el pago de la deuda, reservemos o guardemos para un fondo de emergencia.
Inclusive, para la reparación del auto o el pago del veterinario, entre otras ocasiones, tener guardados algunos cientos de dólares nos ayuda a cumplir con nuestro plan de pago de la deuda.
No crees más deudas
Aun cuando es el último paso que comentamos, este requiere de un gran compromiso con el control de nuestros hábitos de gasto. Para ello, podemos evitar el uso de las tarjetas de crédito, tampoco debemos solicitar nuevos préstamos o abrir nuevas cuentas de crédito.
Y en caso, que las usemos sean por gastos de emergencia, más no para gastos diarios.
Consejos finales
Como sugerencias o consejos finales, debemos comentar que es necesario que nos llenemos de paciencia, bien sea para cumplir con los pasos que hemos comentado, como con el tiempo que nos llevará el salir de las deudas.
No perder el enfoque de muestra meta, es otra recomendación, mantenernos animados y cumplir con nuestro plan de pago, es nuestra prioridad por un tiempo.
Además que si tenemos una situación de deuda que desconocemos cómo manejar, podemos considerar contactar con un asesor de crédito.
Existen agencias serias y confiables de asesoramiento crediticio, por lo general son organizaciones sin fines de lucro y ofrecen personal capacitado para ayudarnos a elaborar un presupuesto, comprender las deudas, controlar y seguir nuestros gastos y crearnos un plan de pago para salir de la deuda.